sábado, 25 de julio de 2009

De la emoción al odio, y de este al amor

Este es un día especial. Hay una canción de Shakira que se llama así, pero es de esperanza o de algo parecido. Nada que ver con el día de hoy, el mio: ¡dios gracias que ya termina!
En realidad no es el resumen de una vida de mierda. Porque no tengo una vida de mierda, y salvando algunas cotidianeidades el día fue común. Hoy fui a la librería, y aunque pude almorzar en casa, sacié mi hambre de perros con algunas gentilezas de mis compañeras (Nota: Pau, voy a intentar la receta de las galletitas de avena, son bárbaras). La vi a Conny, como todos los días, y como nunca la pasamos bien juntos: yo riéndome ahogadamente de su desespero al ver el mar de incunables que es el depósito; ella aliviada (engañada) de ver ese depósito más ordenado que ayer.
Salí de casa un poco más temprano. El frío era indecible. Pasé por lo de Gabo, que me iba a prestar un traje de militar para la fiesta de disfraces de esta noche.
Fue mi última opción, la de militar. Yo quería de marinero, o bombero, o colegial, o enfermero... opciones todas en donde mi camisa/remera no tendría mangas. Re lindo iba a quedar. Pero hace mucho frío para andar mostrándose por ahí, además que el día en que íbamos a alquilar trajes había tormenta. Militar fue la opción.
La bolsa que me dio Gabo era pesadísima, pero yo estaba re contento para decir mú.
Pasé el largo día, y con todo acuestas volví al hogar. Ya casi experimentaba la emoción. Los chicos me esperaban en lo de Yamila. En casa saque todo, porque había que plancharlo (sí, así me lo dio Gabo, :S). Y que desilusión al ver que lo que tendría que ser camisa-pantalón-botas...era botas-camisa-camisa.
Creo que llegué a odiar a mi novio. Mentira. Si fuera cualquiera seguro lo estaría odiando. Me enojé mucho pero ahora estoy mejor. Y aunque no dejo de pensar que es un irresponsable y que me arruinó mi primer fiesta de disfraces (y el cumple de mi mejor amiga: Sonia perdoname), acabo de caer en la cuenta de que lo mucho que lo quiero es poco en comparación de lo que realmente siento. Lejos de pensar cagarlo bien a pedo, solo espero verlo y retarlo como a los dos nos gusta hablar, pedirle que no me lo vuelva a hacer, y advertirle que cuando vivamos juntos SERÁ más ordenado. Más te vale pendejo de mierrrrrrrrrrr.
PD: Chicos, perdonen, pero sin traje no iba (me lo advirtió Yamila), y con cara de orto no me sacaba las fotos que tenía planeadas, con la mano derecha en señal de saludo en la cabeza, y la derecha apoyada en la cintura.
PD2: El de la foto sería yo, un poquito quemado, yendo a lo de Yamila.

miércoles, 22 de julio de 2009

Pues...

Se sabe. El colmo de excitación en las mujeres llega y se esfuma como en una pendiente que toma la figura de una curva. El hombre, en cambio, se ve representado por un pico, en donde el ascenso y descenso es igual de apresurado. Toda regla tiene excepción. Y variante.
Gustavo: Creo que mi climax lo puedo representar con el pico. ¿Vos?
Gabo: Y... con una curva “picosa”.