lunes, 8 de diciembre de 2008

Menores de edad

Es de público conocimiento la crisis social que estamos enfrentando en cuanto a seguridad (los que viven lejos, solo lean los titulares de diarios argentinos).

La situación se desmadró. Ya no nos roban monedas, una bicicleta. Ya no entran furtivamente en las casas y se llevan lo que encuentran. Ya nada de lo anterior es esporádico. Todo es periódico y constante. Con plus de muerte. Nos matan. ¿Quiénes? Ellos. Porque es así. De un lado estamos las víctimas (la gente que trabaja, los ricos, los pobres dignos, los que viven y dejan vivir... los que no somos ni una cosa ni la otra, sino que luchamos, poco o mucho, por estar mejor). Del otro lado los victimarios (los excluidos, los descendientes de los eternos “grasitas” de Eva Perón [bueno... los morochos], los que son “chorros” porque quieren... que se yo, la fauna es tan amplia que no quiero detenerme en este momento sobre su diversidad).

Sí; estamos muriendo. Y no es que me preocupe una merma en el futuro censo. La gente honesta en este país es mucha, y siempre será más. Lo que me preocupa es la muerte misma, que es igual para todos. Cada uno de nosotros somos pasibles de morir de la manera más absurda, y por nada. Porque si robaran algo... No, ni eso: basta que estén drogados, que se enojen por no obtener lo que buscan, o simplemente que un ruido los asuste y les haga apretar el gatillo. Algunos matan “careta” (sobrios), según ellos. Y listo. Un gasto para la familia, que de la noche a la mañana tiene que armar velorio (ni hablemos del dolor).

Estamos muriendo. Y ahora es diferente. A parte de ser todos los días, nos matan los chicos. Ellos se amparan (¿entenderán este término?) en la ley, que indica que los menores son inimputables. Ellos portan las armas, los grandesitos hacen el resto. Si cazan a uno de estos chicos... no pasa nada, son menores; ni pueden alojarlos en las comisarias. Los sueltan, para recibirlos a las pocas horas por oto delito más.

Llegamos al tope. Y el debate se abrió. Sonaron voces (esta vez con fuerza), que piden la baja de edad para juzgar delitos y crímenes. Y del otro lado salieron a responder aquellos que no sufrieron nunca una conmoción como las que escuchamos diariamente en la TV. Ellos dicen que no se puede, porque son menores, que son empujados a eso por la droga, que no tienen consciencia de ello. Los otros, que son menores pero matan, simplemente (no dan vueltas, ya no se puede hacerlo).

Y me veo en la obligación de manifestar de que lado estoy. Antes, quisiera contar como es mi vida desde aquel robo, llegando a mi casa a las 8 pm en julio:

Ya no salgo solo, si no con el perro. Y de noche tampoco salgo.

Mis padres me van a buscar del colectivo a la parada si se me hace muy tarde (22 años tengo).

No hago compras por el barrio.

Salir a la vereda a dejar la basura en el cesto... solamente alerta como un perro asustado.

Cuando vuelvo de la calle, las últimas cuadras son las peores: las palpitaciones se me aceleran, y es inevitable mostrarme nerviosísimo; hago cuentas matemáticas para poder concentrarme en algo y evitar agitarme (¿les dije que tengo pequeños problemas de corazón?).

Desde aquel episodio vivo con miedo. Y desconfío de todo el mundo. En especial de aquellos que comparten el perfil de “mi ladrón”: se visten con ropa deportiva (sus zapatillas son equivalentes a medio suelto de un mortal comun), con gorra de vicera aunque sea de noche; en invierno llevan abundante ropa para ocultar armas y los identifico sobre una moto cuando no tienen casco.

Es duro vivir así. Y estoy harto. Lamento las muertes de las víctimas. Profundamente. Pero no la de los delincuentes. Siento que ellos no tienen cura, que son el cancer de la sociedad, que en esta guerra histórica y silenciosa nosotros no estamos en el bando de ellos. Y después esta el tema de los menores.

Puedo entender que el contexto los arroje a esta situación. Y que seamos responsables TODOS nosotros. Pero no puedo entender que haya derechos para ellos y no para nosotros.

Yo, Gustavo Ezequiel Diaz, argentino, DNI 32482046, pienso que deberían estar separados, ya sea en internados, instituciones, granjas en la despoblada Patagonia, produciendo quesos y mermeladas. Ya no podemos permitir esta situación. Tampoco de ninguna manera nuestra vida vale menos que las de ellos. Y ellos no pueden seguir así. Por su bien, por el nuestro, algo debemos hacer. Y todos sabemos que es ese algo.

5 comentarios:

waukin dijo...

Siento mucho que vivas en el miedo. Yo hasta ahora he tenido suerte (creo). Solo he sufrido un pequeño atraco cuando era menor (tan solo me quitaron el reloj y poco dinero), un puñetazo por parte de un preso fugado que me rompió el labio, un par de puñetazos en un bar y un robo (sin que me diera cuenta) donde me quitaron DNI, tarjetas de todo tipo, llaves y bastante dinero.

Pero no voy a dejar de salir los fines de semana. A pesar de que mi pobre madre sufre cuando me pasa algo o vuelvo a la hora del desayuno. Necesito esa pequeña pizca de libertad.

He visto que has aclarado algunos términos para los "no argentinos". Se agradece mucho, de verdad. No dudes en preguntarme si hay algún término "castellano". Tanto aquí como en mi blog.

Un abrazo muy fuerte.

Anónimo dijo...

Mirá, trato de ser medida, trato de controlarme a veces... pero me pareces un pelotudo, qué querés que te diga che.

Gustavo dijo...

La gente que me quiere... (que quieren? Soy distinto por saludar a mis amigos con un beso y no con el brazo en alto...)

Kaname dijo...

Y.. es jodido el tema. Por un lado ves a los pibes, conocés algunas historias y te dan lástima. Pero ves la cantidad de familias destrozadas que hay, y el poco respeto que esta gente tiene por la vida que llega un momento que te hartás. AL padre de una amiga le quisieron robar el auto el otro dia, y el NO se resistió, de todas maneras, le pegaron 5 tiros y se fueron corriendo cagándose de risa, diciendo que eran menores y que no les iban a poder hacer nada. Se salvó de milagro, pero toda la familia quedó re traumada. Yo entiendo que estos pibes necesitan contencion y hoy por hoy el estado no se las puede brindar porque los institutos son una mierda y blah blah, pero... lo lamento, prefiero que estén encerrados unos pocos, antes de que estemos encerrados nosotros en nuestras casas, muriendo como moscas mientras ellos se divierten.

Barbi dijo...

Estoy leyendo todos tus post(si, desde el de ser visible hasta ahora, y seguirè si puedo)y este merece una acotaciòn...¿còmo que todos somos responsables de los actos delincuentes de otros? què hiciste vos para empujar a un menor a matar o robar??? vos con tus 20 y pico de años???Las culpas a quien corespondan. Y es jodido echarle la culpa a alguien, supongo que la verdadera culpa es la de los progenitores que no se miden a la hora de tener crios, y asì se sigue por lìnea ascendente de descendencia.
Nunca me robaron, pero si intentaron, y hasta una vez me apoyaron el arma en la cabeza y pretendìan llevarme con ellos. Los "muchachos" cumplian a la perfecciòn con la descripciòn de tu ladròn. Miedo si, pero trato de andar siempre despierta por la calle, y no muy tarde.

Pasará.