Este año me forjé una nueva excusa… cuando estoy bajo presión, nervioso, me agarra ansiedad, y como. Como de manera desordenada, voraz, a cualquier hora, cualquier cosa. Además respeto las comidas tradicionales, por lo que mi dieta por día se duplica. Lo que con mucho esfuerzo logro bajar en 2-3 meses, en menos de un mes lo subo, rindo parcial y termino gordo como antes. Al principio es gracioso porque es grasa recién adquirida que se deposita en la panza. Parezco flaco, con pancita. Lo peligroso viene cuando esa grasa empieza a buscar lugar propio en el cuerpo, y se va a aquellos lugares que ya conozco. Ahí ya deja de ser gracioso. Intento volver a la dieta, salir a caminar, pero es inútil. Me puedo morir de hambre y cuando necesito bajar de peso no lo hago. De repente viene papá con una docena y media de facturas, o queda media pizza de ayer en la heladera o alguien abre un paquete de grasa con biscochitos y chau dieta. El hambre me puede y una vez roto el régimen ¿tiene sentido continuarlo hasta el final del día? No para mí, que trato de comenzarlo al otro día, aunque sé que no lo haré.
En octubre estaba asustado. Me había ido a 75 en el invierno y tenía tres meses para bajar casi
En fin, quería decir una cosa y terminé escribiendo esto. Lo publico igual.