martes, 18 de mayo de 2010

Mi sueño, un canario

Esta vez debo llamarme a silencio. Ha ocurrido algo terrible en mi vida, los cimientos de mi edificio de repente se agrietaron.

Ya superé el pánico inicial. Pero estoy preocupado, angustiado, cansado.

Esta vez he de llamarme a silencio. De esto sólo saben dos personas, y una cree ser la única. No quiero que lo sepa nadie más.

Estos días han sido terribles. De repente entré en crisis. No sé que hacer. Solo sé que no quiero estar solo, que tengo mucho sueño, que no tengo apetito, que no quiero hacer nada. Estoy analizando abandonar la facultad, aunque sea por un tiempo; irme a vivir solo, lejos, dejarlo todo. No exagero, aunque es probable que termine por hacer nada. Simplemente no me siento bien.

Noches agitadas, qué sé yo. En la última tuve un sueño particular. En absoluto me agradó. Se trata de un mal sueño recurrente que casi no recordaba. Hacía frío, había mucha humedad. Un día gris, triste, de esos que meten angustia. Era muy temprano, o muy tarde, pero había claridad. Descubro en el lugar más abandonado de mi casa una jaula con un canario. Me había olvidado del canario. ¿Sería mío ese animal? Un ave amarilla, desteñida, sola… entre los barrotes de una jaula oxidada; aún vivía. Hacía tiempo que nadie lo alimentaba y su agua estaba contaminada. Sentí culpa de verlo así. Le pedí perdón con lágrimas en mis ojos. Desde que me vio no paró de piar, estaba desesperado. Procuré que no le faltara nada, realmente tenía culpa. Pero sentí que nada sería suficiente, que por más buena vida que pudiera darle, el pobre canario llevaría por siempre la tristeza en su corazón, la sensación del abandono.

Ninguno de estos sentimientos me resulta extraño. ¿Y quién soy yo en el sueño? Si algo me faltaba era soñar…


PD: lamento en lo más profundo de mi corazón que la entrada número 100° sea una de las peores. A todos perdón.