jueves, 14 de enero de 2010

No me jodan que tengo franco

En mi día de franco decidí pasarla bien, tranquilo. Conseguí que no me molestaran a la mañana y terminé despertando a la hora deseada, bien descansado.

A la tarde me fui a cortar el pelo. Una experiencia interesante, excepto por el precio, que subió más del doble. Llegué y mientras esperaba uno de los peluqueros me clavó los ojos, se acercó y me dijo, “te voy lavando la cabeza”, e hizo lo propio. Mientras, se miraba con los compañeros y se sonreía a la vez que me ponía colorado. Otro peluquero se acercó y me tocó con mucho cariño el hombro; me preguntó si me cortaba con alguien en especial y ante mi negativa el que lavaba la cabeza dijo “¡SE LO CORTO YO!”, pero el que me tocó el hombro le dijo que no, que lo haría él; yo me ponía más colorado, pero esta vez me reía. Mientras me cortaba el pelo solo pudo arrancarme el nombre, pues en esa situación (la del corte de pelo) me vuelvo muy parco, tengo miedo, no me gusta y mi cara es algo elocuente. Cuando terminó, apareció el primero, el que me lavó la cabeza, y también me preguntó el nombre (yo me quedé con ganas de saber el de él, soy tan boludo…). Divinos los chicos, me hicieron sentir especial.

Después me fui a hacer unas compras. Me compré otro boxer, negro y fucsia, re lindo. En el camino me detuve a tomar un helado, asqueroso por cierto, con solo decir que lo mejor fue el cucurucho (del helado, jejeje). Antes de eso, también en el camino, me encontré con Giselle. Hacía más de dos años que no la veía. Sigue igual. De frente, me miró de reojo y se hizo la distraída. Entonces me acerqué y le arrojé con saña un bollo de papel que llevaba en la mano, directo a su cabeza. Se dio vuelta y me miró y la saludé con mucha hipocresía. Aceleré el paso, pero me chistó para que vuelva y la saludé. Colgó el celular (porque venía hablando) y empezó el monólogo. Sigue igual, dije más arriba. La charla fue algo así.


Yo: Hola -beso-, ¿cómo andas?

Ella: Ay, hola, ¿cómo estás? No te había visto, porque iba hablando por celular. Yo ando todo el día hablando por celular, en la calle también ando todo el día. Cualquiera va a decir que no lo quiero saludar pero en realidad es que no me doy cuenta…

Yo: Sí.

Ella: …y acá ando, haciendo unas compras, porque me voy al Sur, sí, por unos días, viste, por lo de mi tío, voy a cubrir unas vacaciones, un par de semanas, nada más, qué sé yo, está bueno. Y me quería comprar algo para llevar, ya que me voy de viaje. Y me pasa siempre lo mismo. Encuentro algo que me gusta y no tienen mi talle. ¿Y vos cómo andas? Yo encima con dolor de pie, viste que cuando nos veíamos tenía problemas en el pie, pero bueno, acá ando. ¿Y vos que estás haciendo? ¿Laburando, estudias?

Yo: estoy en una librería…

Ella: ¡Ah!, mirá que bueno, lo que te gusta, debés estar encantado. Bueno, me voy yendo. Que bueno que me hallas saludado, porque una vez te crucé en el centro y parece que estabas enojado y no me saludaste, no sé porqué. Igual que una vez en el colectivo. Subiste con un chico y yo estaba con mi mamá. Nos la pasamos todo el viaje preguntándonos si eras o no eras vos. Al final te bajaste y eras vos. Así que bueno, espero que estés bien. Un beso, chau.


Giselle no paró de mirarme de arriba abajo (yo me pregunto, ¿no se da cuenta la gente de lo feo que es hacer eso? A veces me muero por ver el atuendo o el aspecto general de la gente, pero procuro hacerlo con disimulo, no con desespero), por suerte yo estaba bien, muy combinado, no como ella, que era un desastre.

Después me fui a visitar a una amiga a su trabajo, hablamos muy poco, lo suficiente como para saber que no estoy tan mal, que hay cosas peores (la pobre no se toma día libre desde hace un mes, así tiene la cara).

Un día de saldo positivo, sin dudas.



PD: Finalmente me compré cera para depilar. Ya estoy más flaco, y tengo en mente empezar natación.

PD II: El video no tiene ninguna connotacion especial. Ese tema me gusta mucho, siempre imagino que Valeria se lo dice a Cacho Castaña, y que por su parte él canta "Ojalá que no puedas". Quería poner el de Amalia Montero (Ando buscando), pero no puedo.