domingo, 14 de diciembre de 2008

Noche de sábado

Hacía mil que no salía un fin de semana. Porque no tenía plata, porque alguien más no podía, porque no quería molestar o no era el momento indicado. Excusa va, excusa viene... hacía más de dos meses que no salía. Y es mucho tiempo. No es que no haya tenido periodos de reclusión mayores. De hecho empecé a salir de noche recién este año; antes no me llamaba la atención. Pero como el hombre es un animal de costumbre (mi tía diría que también es muy fácil que se acostumbre), esta situación me producía algo de angustia. Cosa que ya pasó.

Ayer me fui de casa como a la una de la mañana. Debía haber estado una o dos horas antes en el centro, pero entre esto y aquello (y un poco más de lo otro), se hicieron las 12 y no me había bañado, no sabía que ponerme, y mi pieza era el Caos mismo.

Llegué al centro, y me llamó Gabriel; que estaban en la casa de Maxi, con los chicos; que valla para allá.

Llegué. Tristísimo. Parecía reunión de héteros. Y la música tan divertida... Ni para tomar había. Hasta que de la nada apareció un tal Vaianu, que no esta mal, pero no es como el comercial promete. Y nos fuimos al living a esperar. A un tal Gustavo. Que no era yo. Y “que dónde se metió”, y “que porque no llega”; que “quizás le robaron el celular y no puede comunicarse”, que “esta tirado en una zanja”, o peor, que “esta super encamado”. Cuestión que el alcohol era poco, pero las risas de unos abundantes, y la cara del otro fatal.

-Vamos a la “X”-, (ex Extasis, actual We Love; más fácil la “X”), -capaz que esta esperando ahí-, dice el plantado.

-¿A la X? Noo, yo quiero ir a Pin Up, y no quiero pagar dos veces-, le susurro lastimero a Gabriel. Teníamos entradas gratis para Pin, pero por esperar a mi tocayo se nos vencieron. Y él, Gabriel, que es tan bueno con todos, me termina convenciendo con que “estamos un rato y después nos vamos”, con “no lo podemos dejar colgado” y con más entradas gratis (esta vez de “X”) que al final nos salieron 15 pesos a cada uno.

Bueno, sí; fuimos a la X. Yo no conocía, y la verdad que era como una deuda pendiente. En Mar del Plata hay dos boliches gay, que se dan el lujo de hacer con nosotros lo que quieren. O vas a uno, al otro, o con los “otros”.

Entramos. Si en la casa de Maxi era tristísimo, esto era un horror. Era el típico antro de los '80. Con el descarte musical de los '80 también. Muy película norteamericana de época, en donde el director trata de hacer énfasis en lo marginal. A mal tiempo buena cara, trato que sea mi consiga, y le pongo onda. Me muevo como puedo, sin una gota de alcohol, con esa música imbailable (Nota: amo la música de los 80, pero todo a su momento y lugar). Finalmente concluyo que la “X” no esta nada buena: no hay chicos lindos, y sí muchas mujeres; es chiquito y no tiene onda.

Salimos. Acompañamos con cara de pocos de amigos al plantado, que se fue cabizbajo.

Vamos por fin a Pin. Entramos. José no tenía plata. Por lo que después de mucho pensarlo decido pagarle la entrada porque si no no entraba (la idea era pagar solo el transporte, no el valor de 3 entradas más el transporte, pero bueno, dios proveerá).

La gloria. Ya escribí antes un post sobre Pin Up; no es gran cosa: es chico, hubo veces que la música tuvo problemas, pero que bien que la paso cada vez que voy. Al instante nos mandamos a la pista a bailar. Hasta que empezó el show de los transformistas, que estuvo muy bueno. Terminado, volvió la música, y creo que llegué al climax cuando pasaron You spin me arround (remix).



Después, de la nada, regetón (¿se escribe así?). Todo bien (no voy a decir ahora que estoy harto de esa música), pero no sabía que en este tiempo que no iba a Pin hubiera cambiado tanto. No es un estilo que me moleste mucho más, pero no fui a bailar eso, y cómo me costó.

Creo que lo que más me molestó fue lo loca que se puso la gente cuando empezó esta música. Como si hubiesen estado esperandola toda la noche. Sí, loca; hasta hubo una parejita al lado nuestro que entre el meneo y el perreo (?) se pusieron a practicar sexo oral (lo juro, el chico le levantaba la mini falda y bue...). Al final (en realidad, a la mitad), ya me movía sin ganas, cansado. Cuando después de más de una hora, a media de irnos, volvió la música de siempre. Fue como renacer, pera ya estaba cansado.

Perdidos nuestros acompañantes entre la multitud, con Gabo nos fuimos solos. Llegué a casa a las 8 y tuve que bañarme. Me desperté re temprano (para mi, a las 15 después de trasnochar es temprano), y aquí estoy feliz y contento. ¿Preguntas?