sábado, 15 de mayo de 2010

El poder del adiós

A fines de este mes se cumplirán dos años desde el momento en que con Gabriel decidimos ponernos de novios. Alguien me dijo que no podía seguir pensando en estas cosas, pero sucede que, simplemente, yo no lo olvidaré nunca. Gabo dejó huellas en mi vida que no creo posible verlas desaparecer. Lloré mucho a Gabo; también me lloré mucho a mi mismo. Sus últimas palabras fueron como gritos en mi cabeza en las noches largas, pero sabe dios cuánto necesité oírlas para poder dejarlo ir, para poder dejarlo morir. A partir de ese momento comencé mi duelo…
Fue duro. Pero lo superé. En el camino descubrí infinidad de cosas nuevas y hasta me reconcilié con el amor. Gracias a Horario, a ese ser tan especial que encarna su cuerpo frágil y mágico, aprendí a perdonar, y ya estoy listo para seguir creciendo.

Quisiera compartir con ustedes esta canción que acabo de encontrar entre mis archivos, de casualidad, como todas las casualidades que me golpean la cara a diario. Se llama “El poder del adiós”



Tu corazón está cerrado, por eso debo irme
El hechizo se ha roto, te amé tanto
La libertad surge cuando aprendes a dejarla ir
La creación surge cuando aprendes a decir que no
Eras la lección que debía aprender
Yo era la fortaleza que debías quemar
El dolor es la advertencia de que algo anda mal
Ruego a Dios que no dure mucho
Quiero llegar a lo más alto

No hay nada más que intentar
No hay lugar para esconderse
No hay poder más grande
Que el poder del adiós
Tu corazón está cerrado, por eso debo irme
El hechizo se ha roto, te amé tanto
Fuíste la lección que debí aprender
Yo era tu fortaleza

No hay nada más que intentar
No hay lugar para esconderse
No hay poder más grande
Que el poder del adiós

Aprende a decir adiós
Anhelo decir adiós.