martes, 19 de agosto de 2008

El bulo de Iván

El Lunes fue el cumple de Iván. A Iván lo conocí en la secundaria (¡Esa Técnica de mierrrda… que me hizo perder un año (tres) de trabajo! [Mirtha]). Nunca nos llevamos de 10, aunque tampoco tuvimos roces. Hasta hace poco (no, roces no), que parece que las cosas mejoraron sin querer queriendo. ¡Mejor!
Cuestión que fui invitado el Domingo a su casa, con mi Gabu, y las chicas. Que fueron todas menos Laly. También estaban otros amigos de el cumpleañero (eran muchos muchachos). Comimos muy ricas pizzas (que la joven madre de Iván no paraba de sacar del horno, así de muertos de hambre estábamos), tomamos gaseosa, cerveza (yo poco. En serio). Nos reímos… En síntesis, la pasamos bien. Hasta con la música, que no era de la que más me gusta (y qué quieren, soy gay), pero a la que le puse onda igual. Muy lindo todo, lindas fotos… Pero yo no estoy escribiendo esto para contar lo que fue el cumpleaños de Iván. Yo, mi amor, las chicas seguro que también, nos quedamos “alelados” con el bulo de de este muchacho (¿Se dieron cuenta que parece que estuviera diciendo el “bulto” de ese muchacho?, jaja, no es la intención, cheeee).
Cómo describirlo... (leer velozmente lo que ahora precede, terminando abruptamente, seguido de un suspiro en los puntos suspensivos): Dos ambientes separados por una barra desayunadora (más la habitación que todavía no esta terminada) y… ¡nada más! O sea, imaginen lo bueno de ese lugar, al que todavía le falta amoblar, y que nos encantó: paredes rojas, luces que disminuyen intensidad con una ruedita en el lugar del botón de “la luz” (el dueño puede explicarlo mejor), la PC estratégicamente ubicada en la barra (Iván: si la dejás de por vida en ese lugar, no te equivocas en nada)… aaaaaaaaaaah, que bueno vivir en un lugar así a los 22 años… Quizás no diga mucho con estas palabras, porque hay que verlo personalmente. Quizás yo me quedé maravillado pensando que también podría tener un lugar así y no darle distinto uso, con jodas los fines de semana, en una excelente ambientación (que con Gabo ya empezamos a planear, jejeje), con una bodega con bebidas de todos los colores y olores, mmm, ya empiezo a saborearlo.
Bueno. Post pobre el mío, lo sé, pero no quería dejar pasar mucho tiempo sin aclarar lo bueno de este fin de semana: el bulo de Iván.