viernes, 4 de diciembre de 2009

¿Cómo fue?

¿Cómo fue, cuándo sucedio? Toda mi lista de blogs externos masculinos es de gente ¡GAY! Fue sin querer, los fui leyendo y me gustaron, ergo creí que deberían estar en mi lista... Pensar que allá por mediados de 2008 inicié este blog (de una manera fallida, lo reconozco) con la idea de una bitácora personal, de alguien que -además- le gustaban los chicos más que las chicas, pero cuya temática sería otra, la vida misma, no la vida misma "gay". Si fue ayer que miré mis entradas y todas las que pude ver giraban sobre lo mismo (o se apoyaban en eso), y hoy, después de actualizar mi lista de blogs externos, solo una "chonch..." se hace oir entre los demás. Tampoco me voy a engañar... el nombre de este, mi espacio, habla un poco de eso, de todo aquello que finalmente es lo que parece; aquí no hubo ni hay vueltas y los distraídos son los que saben todo.
Dios... es muy difícil nadar contra la corriente, y no me puedo sacar de ensima toda esta cuestión que me atravieza de lleno, como una brochet... No sé por qué digo estas cosas (en especial lo de la brochet, que dicho sea de paso no me convence, pero bueno, lo dejo ahí). No es que reniegue en absoluto de mi estado... creo que cuando uno aprende más o menos a llevar lo que le tocó en fortuna no sólo es fácil sino que hasta resulta divertido. Antes hasta caminaba con las piernas un poco abiertas, como si las tuviera chuecas, para parecer hétero. Hoy me importa todo poco, camino como puedo (recuerdo que Sonia me decía que caminaba raro, ni mal ni bien, raro) y no me importa lo que digan los otros. He de aclarar que no soy la típica loca, porque ya me imagino la imagen que deben tener aquellos que leyeron más de un post. Cuido mi perfil, excepto cuando estoy con gente que se irrita con sólo proninciar la G de gay (¡si también es la G de Gustavo, del Gusti!); con ellos no solo no disimulo, me vuelvo histriónico. Creo que hasta por ellos, personas desagradables, me defino: gracias a toda esa poca gente hoy puedo SER. Termino acá, ya he vomitado, y ahora me siento mejor. A estudiar, por dios, que se me va la vida y Gabo no se va a querer casar conmigo (Gabo en realidad no se quiere casar conmigo, pero eso es para otra entrada).