jueves, 18 de septiembre de 2008

Un concurso y una opinión

¿Saben una cosa? Un amigo español, al que no conozco (Guillote:

http://gsc-unmundofeliz.blogspot.com -Nota: las palabras introductorias de su espacio son de mi autoría; no me las robó, yo se las regalé), me aprontó sobre un concurso de blogs que realiza un diario de su país. Todo porque alguna vez me quejé de que nadie leía y/o visitaba mi bitácora. El buen muchacho me consoló. Y en una última visita me escribió lo siguiente: “Pueden participar personas de todo el mundo y lo mejor de todo, es que tu blog puede hacerse muy conocido aparte de conocer a much@s amig@s. Si te das cuenta, desde que me he inscrito al concurso, el número de comentarios ha subido como la espuma”..., entre otras cosas.

Desde ya muchas gracias Guillem, porque con la humildad que caracteriza la etapa de mi vida que me toca transitar, puedo decir que mi blog merece “tener amigos”. No tanto él, sino las palabras que de mi escapan.

Sinceramente, he de confesar que me avergüenza un poco esto que estoy haciendo. Digo, forzar mi blog en un concurso de un país que no es el mío; de contenido por momentos pobre.

Pero tampoco me tiro tan abajo. Digo… he visto peores. Y declaro también: si por una de esas causalidades, alguien nuevo está leyendo a este nuevo escritor, invitado esta a darse una vuelta por otros posteos de este mismo espacio, para darse cuenta de que no soy el único que ha visto peores.


Sin más, para redondear por hoy (el tiempo no me premia, mas me apremia), me despido, no sin antes dejarles expuesta mi posición frente a algunos recientes acontecimientos de público conocimiento: Bolivia y su situación social. No me extenderé. Solo diré que estoy feliz de que un indio, cabeza negra, oscurito él, este al mando del hermano país. Lamento mucho que él y solo él haya tenido que llegar -estoy hablando del hermano Evo M- para revertir una situación que se repite desde hace más de 500 años en tierras nuestras. Me preguntarán los que me conocen, que desde cuándo hago proselitismo por la causa de gente originaria, si soy más blanco que los blancos (y porque, además, ¡pronto también me tiño de rubio! Feliz estoy)… Bueno, sería un sinsentido decir que por mis venas corre sangre de este continente, más allá de mi color, ya que eso no dice nada. Así que diré que gracias a la diosa Fortuna (y a la Pacha Mama, que ha agraciado el vientre de nuestras féminas y las gónadas de nuestros machos), este raro mestizo tiene la “bendición en consecuencia” (algún día voy a explicar la teoría de este concepto mío) de pasar sus penas y glorias en esta tierra, a la que ama con pasión irracional.

Saludos para todos.