jueves, 17 de julio de 2008

Visita de médicos

Médico: Hola, ¿qué tal? Bueno, contame, ¿que te trae por acá?


Paciente: Vengo por dos cosas (el paciente se apura con la primera, para no darle mucha importancia ni dar pie a preguntas): quisiera hacerme un análisis de sangre para descartar ETS (enfermedades de transmisión sexual). (Y con más calma…) y por unas palpitaciones molestas. Generalmente las siento cuando estoy nervioso, es muy incómodo, como si el corazón se acelerara. Siento latidos muy fuertes en la cabeza y las extremidades.


M: Bien. ¿Por qué querés hacerte el análisis de ETS?



Ups, ¿por qué no empezamos con la segunda consulta?



P: Bueno… porque estoy de novio (al paciente no se le ocurre otra cosa que decir) y no quiero cuidarme más.


M: Bien. ¿Cómo se llama tu pareja?



¡Ups!, ¿así empezamos?



P: Eeeeh, mmm, se llama… (el paciente da un nombre de hombre).


M: Bien. ¿Y por qué crees que te lo tenés que hacer?



¡Doblemente ups!. El paciente se ve obligado a decir la verdad



P: Mmm, eeeeeh, porqueeeee… Porque estuve expuesto a contagio.


M: Bien (ese “bien” que da pie a cada pregunta empieza a poner incómodo por demás al paciente). También en una relación homosexual...



La respuesta es afirmativamente tácita. ¿Y qué esperaba?, ¿estar frente a un promiscuo, sexualmente indeciso?



P: Bien. Bueno, te voy a pedir una serie de análisis, que vas a tener que hacer con doce horas de ayuno… (bla bla bla… lo peor ha pasado. Pero el paciente no espera la segunda parte de la entrevista…)


M: Bueno (el doctor escribe con letra prolija)… ¿quién sabe que sos gay?



Misteriosamente el doctor es inspirador de confianza para el paciente, lo que no quita el grado de incomodad de las misivas, pero que es suficiente para que el mismo abra su corazoncito



P: Bueno… mmm…, lo sabe mi familia, pero mi papá no. O sea, se va a enterar de todas maneras…



Con visible susto en sus ojos –la empatía parece funcionarle de maravillas– el doctor pregunta por qué “tarde o temprano”



P: Bueno… (¿nervios?)…, digo, algún día se lo voy a contar... digo, él lo tiene que saber… yo quiero que lo sepa.


M: Esta bien. Y el resto de tu familia, ¿cómo se lo tomó?



¡Caramba! ¿Esto es curiosidad o parte de las funciones de un médico en consulta clínica?



P: Y… (el paciente explica cómo).


M: Claro, entiendo. Te lo preguntaba más que nada por tu hermano y tu relación con él. Yo tengo dos hijos, que se llevan 5 años y medio de diferencia. Y siempre me pregunto cómo será su relación cuando sean mayores…



El paciente no es ejemplo de lo que llamaríamos analogías. Es especial. Único. No compare doc…



M: Bueno, sigamos con lo del corazón…



Preguntas menos, estetoscopio en el pecho... Listo el pollo...



M: Bueno, te espero con los resultados pronto. Que estés bien.





Algo acalorado, salgo de manera distraída del consultorio, por los pasillos de ese lugar, y mi cara puesta al frio de la mañana en la calle.