jueves, 21 de enero de 2010

Día # 9

Como le dije ayer a mi amigo, yo no debería estar pensando en estas cosas, se supone que AÚN me estoy separando, que todavía no corté el cordón que me une a mi ex, si es que tal cosa existe (lo del cordón… metafóricamente… en general para todos… bah, qué se yo).
Pero las noches son eternas, y con este ritmo más que todos los tangos, una canción que me queda bien en este momento y es la del gran Sabina, 19 días y 500 noches.
En fin, a lo que iba era a mi intento de distracción. Agregaré una nota de color, algo que escuché por ahí, ¿será para todos? Una amiga una vez, entre risas de oveja, me dijo que mientras estas de novio se te acercan hasta los perros, pero cuando quedas libre, soltero (llámenlo como quieran) no existís para nadie, que nadie te da bola… Yo recuerdo que no era así mientras estaba de novio. Pero no era algo que me mortificara; yo soy fiel por naturaleza y por muy cerca que haya estado de cometer un error (esa noche fue larguísima) siempre honré nuestra relación, mucho más porque nadie me registraba. Pero cuando cortamos las cosas cambiaron, mi sensación de miedo a quedarme solo por el resto de la eternidad no fue más que eso, una sensación. El mundo me hizo saber que las cosas no tienen que ser así necesariamente, rápido se me presentaron las evidencias, y ahora las noches no son tan largas, porque además tengo leyendo un libro buenísimo en la mesa de luz que también tiene un protagonista con el mismo color de pelo.
(No es que esté para tirar manteca al techo, pero) Igual está bien hacerse el distraído un rato (“¿vos decís?”, “ni idea, jamás me di cuenta”, le dije a Leandro), dejar pasar un tiempo, prudencial aunque sea. Algo así como cuando los Vicario le pidieron a los San Román esperar 4 meses hasta finalizar el luto por la pérdida de una de las hijas del matrimonio, antes de casar a Ángela con Bayardo (puro formalismo, aunque nos muramos de ganas).

Las cosas no tienen que estar tan mal. ¿Acaso, verdaderamente, no podemos ser amigos? Nos debemos la charla, falta cada vez menos para eso. Como dicen en mi familia, no esta bueno hacerse mala sangre.