martes, 2 de febrero de 2010

Basta!

La voy a hacer corta porque no quiero andar divagando.

Hoy me tenía que encontrar con mi Profe, pero el muy turro se acobardó por segunda y última vez. Me imagino que no es la primera vez que me plantan. Seguro que es la primera vez que la misma persona lo hace dos veces. ¿Por qué lo permití?

Íbamos a estar en su departamento. Nos íbamos a besar, con suerte íbamos a coger, lo iba coger y dejarlo cogerme. Así de loco. Porque últimamente estoy loco, solo pienso en ponerla con cualquiera que sea lindo y no me trate mal (a por F... voy).

Hoy fue un día horrible. Pocas veces sentí tanto calor en mi vida. A las 4.30 de la tarde recibí un mensaje de un número desconocido. Como me lo sé de memoria me di cuenta de que era de Gabo. Ya no me acuerdo bien de lo que puso porque lo eliminé al toque. Igual me acuerdo que me preguntaba cómo estaba, y que no sabía si lo que hacía estaba bien. Lo odié mucho.

Como no me iba a quedar sin hacer nada salí igual al centro. Si el Profe me llamaba bien, si no lo hacía igual. Me confirmó que no. Lo llamé a Gabo para verlo, no porque quisiera, pero buscaba un clavo que me sacara al otro. Sólo buscaba no estar solo; sé que Gabo fue la peor opción. Me dijo que no podía, que estaba paseando “con alguien”, que en otro momento podía ser. En conclusión quedé como un pesado, porque él no sabe que lo llamé para usarlo, que en realidad no era a él a quien quería ver… en fin; él me manda un mensaje y yo después lo llamo. Un idiota total.

Ya quiero dejarme de joder. Basta de tanto pelotudeo, me siento mal, no porque sentir lo que siento este mal; mal, porque yo no soy así, soy mejor y últimamente todo lo hago peor.


PD: tengo en la cabeza la canción de Shakira que postié (que fea palabra) en la entrada anterior. Esta buena, habla de mi…


Te dejo Madrid


…Si ya es hora de esconder/ del mundo el dolor
bajo la piel./ Yo sé que estaré bien
los gatos como yo/ caen de pie

No quiero/ jugar mi suerte por ti
y no puedo/ con V pequeña vivir
pronto estaré de aquí/ muy, muy lejos

Ay me voy otra vez/ ay te dejo Madrid
Tus rutinas de piel/ y tus ganas de huir

Yo no quiero cobardes/ que me hagan sufrir
mejor le digo adiós/ a tu boca de anís

Si ya es hora de limpiar/ las manchas de miel
sobre el mantel/ yo nunca supe actuar

mis labios se ven/ muertos de sed

No quiero/ dejarlo todo al azar
entiendo/ que he comenzado a estorbar
pronto estaré de ti/ muy, muy lejos…

4 comentarios:

Barbi dijo...

Bueno, te cuento una pequeña anécdota que me ocurrió hace muy poco -digamos que algo así como dos semanas-, muy parecida a la tuya, pero con el final distinto.
Para quitar un clavo me metí con otro. Cuando el otro me dió de plantón -aunque convengamos quien yo sí cogí- en una oportunidad, lalmé al clavo del cuál quería desprenderme inicialmente. La diferencia con tu historia es que él sí vino, muy solícito a cogerme.
Te juro que hubiera preferido que dijera que estaba en otra, como te paso a vos.
Después de eso dije basta, pero un basta definitivo. Porque como vos decís, yo sé que soy mejor, y que sé que estaba haciendo las cosas ´mal.
Es personal en realidad esto, pero es lo que me pasó, y leyendo lo tuyo me siento demasiado identificada.
No sé. Suerte con tu "basta".

Gustavo dijo...

Barbi, ¿nuestra edad nos condena? No voy a hablar por vos, pero he de ser muy pendejo, súmamente inexperto, ¿por qué será que me resulta imposible ver toda esta película desde el sillón de mi casa? ¿Por qué tengo que ser el actor al que todos le dicen "pero que pibe pelotudo"?

Si lo ves a Nahuelito ... dijo...

No puedo jugar a la voz de la experiencia, simplemente porque no lo soy, no lo creo y no me da la experiencia... Pero pienso que la gente te planta a cualquier edad, te usa a cualquier edad y es boluda a cualquier edad. La pelotudez no discrimina por franjas etarias.

(Advertencia: se viene la frase pedorra) Cada quien es el protagonista de su propia película, y a la distancia se ve un poco más.

Y bueno, ¿quién dice que es fácil?

Barbi dijo...

Esto por ahí no lo dije ayer, y es que de hecho no había leído tu comentario -no esperaba una contestación-.
No sos el pibe pelotudo, sólo sos el pibe que la está pasando mal y que hace lo que puede con lo que siente. Por los menos tenés la visión como para darte cuenta que la estás pifiando.
Y eso de la edad... que se yo, Nahuelito tiene razón: no hay edad para que te planten o para que te usen. Uno peca de honesto, tal vez... uno le pone onda y va en serio -por más que sea con un clavo- y resulta que a al otro le gusta jugar y nos caga la existencia más de lo que ya la cagamos nosotros mismos...