sábado, 19 de diciembre de 2009

The misster of the eight decades

Hoy vino un cliente a la librería (sí, volví a trabajar allí... ya sé, no me digan nada), un hombre muy mayor era, con una vitalidad que no le correspondía. Dejaba de hablar sólo para respirar, y obvio… no escuchaba.
No recuerdo cómo se dio la conversación (el monólogo), acaso una mención absurda sobre Zulma Lobato y Ricardo Fort. Terminamos hablando (habló solo él) de la sin razón de que los “maricones"* (recuerden siempre que era octogenario) se casaran en el Obelisco (¿?). O en el contrasentido de que en Argentina hicieran un funeral a un boliviano (no sé a quién se refirió exactamente), o sus desdichas en New York por hablar inglés londinense (sory man) o cuando casi lo trompean en México cuando le dijo a un compadre que el ron era mejor que el tequila (aunque fuera sin querer queriendo). De todas formas nos quedamos en su “asquito” a los maricones. Me recalcó varias veces que él no era homofóbico, pero “qué necesidad de besarse en público” porque “en la dictadura esto no sucedía”, ¡ah!, pero “¡si sos tan chiquito vos!” y mirá, “ya te enojaste, porque me dijiste usted" (risas del abuelo), porque efectivamente le dije usted. Fue todo muy raro. También nos comentó, así, de la nada, que los maricones no se hacen, nacen (cosa que comparto), que no porque te violen te haces puto, dijo, y también nos contó que el novio de su hermana, allá cuando planeaba el último terodáctilo, lo violó a los cinco años…
Todo muy bizarro, como sacado de Crónica TV, porque debo sumarle su amaneradísimo tono de voz y su afectado movimiento de manos, en cuya derecha llevaba un anillo sacado del arcón de la abuela (de la suya), con piedra de cuarzo rosa en forma de huevo grande incrustada…

Por primera vez no me puse mal, incluso me divertí. Estos son los típicos manotasos de ahogado de la sociedad reprimida-represora: ya nada les queda más que lo que siempre tuvieron, argumentos sin fundamentos.



(*)...hablando de maricones y Fort:


2 comentarios:

waukin dijo...

Por lo que dices, tengo la sencación de que sentiste que el pobre no estaba nada seguro de su heterosexualidad, y que lo que decía lo hacía sin convicción (de ahí necesitar tanta gestualidad).

También creo que lo pasaste bien hablando con él (o más bien escuchándole)

Un abrazo!

Barbi dijo...

Nooooooooo.... Mirá que deconectada de todo lo que es el mundo de la tele, que esta canción de Miranda me encanta, pero no sabía que tenía video.
Amo a este grupo, y más a ese tipo. Se ve tan gay, pero dudo mucho que lo sea. Y de Fort, bueno, supe de su existencia por su "canción" que suena en los bolichongos... sino podría ser un prócer boliviano y yo digo: sí, claro, ése... jajja